Tuesday, May 02, 2006

my original article for mas o menos that was severely edited: my version so it can be published SOMEWHERE

Estaba sentándose a la hora de la merienda sorbiendo un café como un español y como normal porque ya ha llevado doce años en España. Aunque lo ha hecho un hábito, todavía Sirifo Konyate recuerda que solamente los blancos beben el café por la tarde en Senegal, su país de nacimiento. Un puente entre culturas en su vida y también en sus trabajos como mediador intercultural y músico, lo que era reflectado en sus ojos no fue su lucha con inmigración, sino el futuro de su niño multirracial que nació aquí en Sevilla.

Aún su músico ha ayudado en sentirse más cómodo en España, Sirifo dijo lo que ha motivado en aceptar la cultura española fue el nacimiento de su hijo. “Él es de aquí, su madre es de aquí, pero ¿Dónde busca su referencia? No hay muchos negros en la calle; yo mismo soy su referencia. Me quedaré y lucharé hasta que me canse.”

Sirifo tuvo la oportunidad de venir a España para una gira de su grupo de música. Vino doce años pasados, se quedó, se casó y ahora tiene los medios para ayudar su familia en Senegal. Sirifo paga para todos sus hermanos asistir a colegio privado con suficientes pantalones, comida y bolígrafos. Cuando era niño, iba a escuela pero algunas veces su familia no tenía el dinero para comprar los materiales. En su tiempo libre, aprendía como tocar la kora, un instrumento típico de Malí, de sus familiares músicos. Él nació en Senegal, un país de África occidental, pero su padre es de Malí, y su madre, de Guinea-Bissau — todos estos países en Africa y España forman parte de él.

Efectivamente, Sirifo ha adaptado el nombre español, Pablo, para su nombre musical. Además de facilita relaciones entre la gente, Sirifo cree que su música es un buen ejemplo del enlace entre sus culturas: la de Senegal y África, y la da España. Pero su hijo negro y blanco es el mejor ejemplo de inmigración, de culturización y de los aspectos positivos de inmigración. Sirifo mismo se identifica con todas sus culturas. Dijo, “Creo que no mantenga mi cultura de origen cien por cien y creo que sea negativo mantenerla cien por cien. Tengo que aceptar la cultura española y una mezcla de Senegal y España es mi cultura.”

En realidad, dijo que lo que es importante no es identificar con la bandera de un país, pero formar una conexión con la gente y la humanidad. Sirifo habla cuatro dialectos africanos, español y francés, y su trabajo como mediador cultural tanto como músico y lenguas ha ayudado en formar conexiones aquí.

Es común para los jóvenes Africanos inmigrar a España u otros países en Europa porque, Sirifo dijo, siempre buscan cosas que no tienen allí. En su caso, buscó dinero para pagar para cosas mejores para sus padres y sus hermanos. Pero el parte negativo de esta realidad es si todos los jóvenes están saliendo de Senegal y Africa, nadie excepto los mayores todavía están allí. Por eso, Sirifo cree que Africa está despoblando, y no hay mucha gente joven sobrante para avanzar la cultura y el país.

Aunque ha abrazado todas las culturas en su vida, todavía se siente como extranjero aquí en su nuevo hogar, y en su país de nacimiento también. Después de doce años, ya ha arreglado a su nueva vida y no es difícil sentirse cómodo. Pero al principio, dijo que “era difícil e increíble para mí… pero dejé mi país con el cocimiento que tendría que aprender muchas cosas desconocidas e inesperados como la mirada que hace a un negro.”

Ahora da gracias porque tuvo la suerte para venir a España. Y su nuevo lucha con inmigración es cría su hijo como un español, pero como un Africano también. Sirifo se sirve como su único modelo negro y africano. Pero sus dos padres, Sirifo y su esposa española, se sirven como sus modelos españoles. En realidad, no importa si Sirifo nació aquí o no, sino que ha aceptado y adoptado la cultura española en su vida. Por eso, nos encontró en un café por la tarde, sorbiendo un café.

1 comment:

henry siteber said...

Wow! You did really great.
Unos cuantos errores, pero te salio muy muy bien.